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Desde CAFMEI, compartimos la entrevista brindada por nuestro vicepresidente a Argentina Produce.

09/11/2025 10:52 | Mario Polijronopulos es el titular de TEGA, APAREJOS, GRÚAS y APILADORAS S.A, reconocida internacionalmente por su participación en el proyecto y provisión de equipos de elevación en obras cuyas exigencias técnicas son extraordinarias y/o sobresalientes. Alrededor del 53 % de su personal son ingenieros y técnicos especializados. Además, Polijronopulos tiene una larga trayectoria gremial: fue presidente y ahora vocal de ADIMRA y también es vicepresidente de Fabricantes de Máquinas y Equipos para la Industria (CAFMEI)

Por redacción Argentina Produce

MARIANA CONTARTESSI: ¿Cómo les va? Bienvenidos a un nuevo episodio de ADN Industrial en este ciclo de entrevistas que tenemos en Argentina Producente. Hoy charlamos con Mario Polijronopulos, espero haberlo dicho bien. Mario, bienvenido, ¿cómo estás?

MARIO POLIJRONOPULOS: Bienvenido, gracias por lo de bienvenido y un gusto estar con ustedes y sí, lo pronunciaste bien.

MC: Menos mal. Ahora, igualmente Mario, en cada episodio yo siempre les pido que ustedes se presenten porque claramente lo van a hacer mejor que yo. Contanos de vos.

MP: Bueno, lo más sintéticamente posible. Mi nombre es Mario Basilio Polijronopulos. Nací en el año 1948. O sea, a hoy día tengo el gusto, digo, y el agrado de haber acumulado mucha experiencia. A veces gente que lo toma como algo negativo, pero por lo menos alguna experiencia de todo lo que hemos vivido como para tratar de mejorar y de mejorar el entorno en general para llegar algún día a tener el proyecto de país que esperamos.

MC: Ya voy a profundizar sobre ese concepto, Mario. Contanos de Tega, la empresa, ¿a qué se dedican? ¿Qué hacen específicamente?

MP: Bueno, Tega el nombre viene de la terminología o de, la abreviatura de Talleres Electromecánico Greco Argentinos. O sea, eran terminologías que se usaban en la década del 40 y antes, mostrando, orígenes y actividad. La empresa fue fundada por mi padre el 10 de octubre, o sea ya cumplimos en este momento 78 años, de 1947. Actualmente está la tercera generación del lado de mi hijo y nosotros fabricamos, producimos, diseñamos y fabricamos aparejos eléctricos, polipastos, puentes, grúa y equipos para el movimiento de materiales y carretillas apiladoras. Es una actividad netamente industrial, tenemos una integración 100% todo lo producido por nosotros y con también la cadena de proveedores nacionales de materias primas y componentes.

MC: Mario, vos sos la generación intermedia, todo obviamente lo has vivido desde tu padre. Contanos cómo fue tu proceso para entrar en la empresa.

MP: A ver, mi padre fue una persona que, por así decir, tenía una libretita en la mesita de luz, era un adicto al trabajo. Yo desde muy chico casi no lo veía porque se iba muy temprano y venía muy tarde. Él comenzó con un taller que era de reparación y fabricación de máquinas eléctricas, era el período de posguerra donde muchos equipamientos, repuestos y demás no se conseguían estaba destruida Europa y muchos otros sitios y él comenzó con eso con un taller y luego fue agregando de acuerdo a las necesidades que surgían en el mercado.

Un buen día apareció un ingeniero y dijo don Basilio -Basilio es el nombre de mi padre- usted no se anima a desarrollar esto y trajo un aparejo, un bolipasto, y mi padre dijo “Sí, cómo” no porque siempre era emprendedor y lo hacía. Y así comenzamos y él también desarrolló una serie de inventos y patentes relacionados con todo lo que es los equipos.

Yo, oyendo lo mío, desde muy pequeño, muy pequeño me refiero cuando tenía ratos libres, por ahí en verano y demás, yo me acuerdo tenía cinco años mi padre me llevaba con él y me había comprado y me había puesto un mameluco -se llama de esos de taller de antes azules con las presillas- y un señor ingeniero de una de las plantas que había ido mi padre me regaló un destornillador muy chiquitito que tenía el mango de plástico amarillo como los de ahora, pero era una gran novedad porque hasta ese entonces se usaba la vaquelita no existía el tipo ese de plástico. Bueno así empecé o sea abreviando en los periodos de vacaciones, mi padre me llevaba a la fábrica, al taller y desarrollaba algunas tareas, empezando por limpieza, ordenamiento, asistiendo a hacer algunas tareas manuales y me premiaban con algún pequeño sueldito, digamos, ¿no? El cual yo lo deposité en una caja de ahorros y nunca le vi ese dinero, porque cuando un día dice, bueno, lo voy a buscar ese ahorro que tenía, era más caro el boleto de colectivo que el ahorro que tenía en el banco, ¿sí? O sea, experiencias. Y bueno, vi los sacrificios, viví las cosas que uno podía tener, que no podía tener porque había periodo de necesidades y bueno así nos fuimos desarrollando, desarrolló nuevos productos, obtuvimos fue la primera firma en obtener licencia de firmas extranjeras también para trabajar en equipos de capacidades mayores o de distintas prestaciones a las nuestras. Y fue toda una trayectoria y yo me desarrollé dentro de eso.

Estudié ingeniería industrial, no terminé, faltándome cuatro finales, porque fue la época de Martínez de Hoz, si ustedes se acuerdan, no sé, algunos son muy jóvenes, donde llegó un momento en donde una pyme, con la crisis esa que había, tenía que dedicarme de lleno y colaborar en salir adelante. Entonces mi actividad principal estaba en eso y no le presté importancia a terminar. Y una cosa me llevó a la otra porque después abrimos una sucursal en Brasil, que está todavía, ya hace muchos años, con lo cual es también un poco variable la actividad ya porque de acuerdo a las situaciones regionales todo lo que va ocurriendo. Eso fue un poco así hasta llegar hoy día que se ha incorporado ya desde hace años mi hijo, quien hoy, Basilio Nicolás, ejerce la presidencia de la compañía, porque soy de aquellos de que no quiero mantenerme atado a la presidencia, sino quiero que los jóvenes que tienen capacidad y pueden emprender, se desarrollen y tengan ese desafío. Yo, como siempre, acompañando a todo esto.

MC: Mario, contaste, yo sé que de manera sintética, porque has vivido todos los procesos de la Argentina de los últimos 50 años, vamos a decirlo a grandes rasgos. En una Argentina, no te lo toques a la voz, muy oscilante, que va de la mano de lo social, pero también de lo empresarial. Hoy, plantándote en este presente y mirando hacia atrás y todo lo que has vivido, ¿Cómo es un empresario industrial? ¿Es resiliente? ¿Sale adelante después de tener que vivir distintas crisis, que son más las crisis que los momentos de bonanza?

MP: Las cosas cambian tanto en el mundo que quizás no lleguemos a imaginarnos a qué velocidad van a cambiar y a dónde vamos a llegar en cualquier momento. Entonces, con un pensamiento tradicional, yo te puedo decir que tenemos resiliencia, nos vamos adaptando. Actualmente no vemos algo sustentable, o sea, para el desarrollo, para el apoyo a las pymes y demás. Quizás sea una situación circunstancial que vaya a mejorar, pero sí nos aferramos y tratamos de hacer los cambios que haya que hacer en cada momento como para seguir existiendo.

Te quería comentar también que tengo una hija, la hija no se interesó por la industria, porque gracias a mi señora también, porque yo siempre pensando en el tema de la industria, dejamos que los chicos decidieran su futuro, qué querían hacer. Y ella es hoy una traductora pública e intérprete de conferencias en inglés, donde está bastante desarrollada y practica su actividad con comodidad.

MC: Esta libertad que dejaron vos y tu esposa para que los hijos se desarrollaran en lo que quisieran, pero Basilio ha decidido seguir siendo la tercera generación. Te pregunto cómo fue tu ingreso a la gremial empresaria, cómo fue el ingreso a ADIMRA, en momentos donde siempre decimos lo mismo, ojo que entrar a una gremial significa que vos dispongas de tu tiempo y lo relegues a tu empresa.

MP: Sí, mira te voy a decir yo tengo una experiencia de muy chiquito porque dada mi edad digo 17 años no o sea cuando tenía 17 años acompané a mi padre en las reuniones que hacía en CAFMEI, cámaras de fabricantes de máquinas y equipos para la industria, donde iba escuchando todo lo que trataban y las distintas empresas que había y demás. Luego se me dio la posibilidad de incorporarme a ADIMRA y aquí las viví todas las épocas desde la más terrible que tuvimos todas las cámaras que apoyar a ADIMRA y subvencionar en parte el funcionamiento con lo cual seguimos adelante. Una ADIMRA chica donde había una comisión directiva de que serían unas 12 personas más o menos. Generalmente eran muy grandes empresas o grandes empresas y luego se fue, digamos, horizontalizando la ampliación de ADIMRA y bueno, hoy día participan la mayoría, la mayoría, el 90 y pico por ciento son empresas pymes, y eso es muy bueno porque es como tener en el cuerpo sensores en muchos lados para monitorear cómo va la actividad, o sea, son testigos de todo lo que va ocurriendo.

MC: Y cuando ingresaste, que vos planteabas esto, bueno, primero era como solamente guardado para grandes empresas, y después el tema de pymes, ¿qué empezaste a notar? ¿Qué empezó a cambiar ahí?

MP: Yo, a ver, yo, digo yo, si estoy en psicólogo diría por ahí es un defecto, pero digo yo porque desde mi punto de vista, lo que empecé a cambiar, mi forma de ser es del diálogo y de la concordia, no concibo en lo posible que haya dos personas que estén invitadas sin diálogo. Puede haber diferencias, cada uno puede llegar a entenderse, pero lo primero es la actividad, cuál es la metalurgia, esa fibra, es la cámara. Entonces, yo comencé a participar en una segunda fila. Había una mesa donde estaban los dos sentados y yo estaba en una segunda o tercera fila.

Fui incorporándome, me fui dedicando, me dieron lugar, agradezco a todos los que me posibilitaron y algunos mentores también que tuve, y llegué a ocupar distintos puestos hasta ser presidente de ADIMRA también, que fue un gran honor para mí, y en ese momento fui un presidente de la unidad llamémosle, porque tratamos de compatibilizar dos corrientes que había dentro de ADIMRA y bueno así después seguimos hasta llegar hoy día que es otra cosa, es una evolución muy muy importante de ADIMRA que ya habrán hablado, dicho de todo.

MC: Pero me interesa tu mirada de este presente de ADIMRA, teniendo en cuenta que vos señalás la mayoría son pymes, hay incorporación de gente joven, hay otras problemáticas, inclusive, que están tratando hoy. ¿Qué es lo que preocupa hoy en la mesa de discusión? Vos tenés decir una problemática actual.

MP: Bueno, una problemática actual es un… Yo diría que no es actual, es algo crónico también, pero dado lo vertiginoso de los acontecimientos, la problemática actual es que no existe una política industrial, primero, para todo tipo de industria. No existe una política económica, no existe una política de salud, una política de educación. O sea, tenemos un país un poco desarmado. Con lo cual, lo que habría que hacer es juntarnos e ir trabajando como si fuera, aparte de la diaria, ir trabajando para tener un proyecto de país. Pero para eso hay algo muy importante que en nuestro país no se usa. Cuando todos los políticos y gente de influencia redactan, realizan cosas y demás, desde ya que tienen asesores, pero no recurren a una base, por ejemplo, a las empresas o a una institución para recabar información y, en base a eso, una vez juntado todo eso, desarrollar un proyecto. O sea, que la cosa venga de abajo para arriba y no de arriba para abajo. El tema es que estamos en una situación muy acuciante. Notamos como que puede haber alguna piedra, muy grande esa piedra, que en cualquier momento no la vamos a llevar por delante. Entonces eso nos genera angustia y nos genera una actividad como desde hace muchos años, no solo ahora, de ocuparnos de muchas otras cosas periféricas a la empresa y no a la empresa y en realidad llevarla adelante.

Un país es una empresa. Un país es una empresa que tiene que trabajar y generar divisas para que haya ingreso de divisas y se pueda desarrollar el país. Y yo siempre digo, y soy enemigo de la antinomia cuando dice campo e industria, porque yo digo los recursos naturales, el campo, la minería y todo, yo lo califique como la herencia de la abuela. Qué linda herencia, pero no tenemos que ser el bonvivant que vivimos de la herencia de la abuela. Tenemos que mover las manitos y hacer algunas otras cosas, desarrollar industria y todo lo demás, para surgir como país. Si no, vamos a terminar en una exportación de materias primas y productos muy poco elaborados o elaborados en forma intermedia a cambio de productos desarrollados, con lo cual vamos a estar nosotros generando empleos en otros lados por las cosas que importamos.

MC: Hablaba en otro de los episodios de estas charlas, Mario, con un dirigente que integra a ADIMRA Joven y me planteó algo que me impactó que va en línea con lo que recién señalabas. Uno en el sector puede discutir la reforma tributaria, la laboral, puede discutir aspectos de mejoras, pero si no se genera mercado, si no existe mercado para poner los productos, es como que no se empieza a disolver me quedé porque dije bueno ya no es.. Como estamos hoy que ya no se discuta una reforma laboral sino que haya mercado primero para discutir la verdad

MP:  Mira te voy a poner un ejemplo para eso si no existe mercado no podés tener ninguna actividad, porque no vas a tener a quien le vas a vender tu producto, porque no hablo de sólo un mercado de consumo masivo sino hablo todo en general que es una cadena. En una época, no hace muchos años en la década del 80, había una gran empresa que adquirió productos nacionales de nuestra fabricación y en determinado momento iban a comprar otro puente de grúa y nos dicen que lo vamos a traer desde Alemania usado. Le digo, bueno, está bien, le digo, pero fíjese una cosa, estamos viviendo todos una situación difícil. Ustedes fabrican todo esto de consumo masivo, si todo el mundo hace eso, los que consumen lo que ustedes fabrican son mis técnicos, mi tornero, mi dibujante, mi ingeniero, mi contador, todo ese tipo de gente, forman el mercado. Si empieza a caer todo el desempleo, se cae el mercado interno, ¿y a quién le va a vender? De la otra forma, está tratando o hace un círculo virtuoso.

MC: Qué poco se habló, en serio, de buscar el círculo virtuoso, sobre todo con políticas de Estado. Te quiero preguntar esto porque en toda tu experiencia, y han pasado gobiernos democráticos y gobiernos de facto, y me interesa tu mirada en esto, ¿qué presente estamos viviendo? Mirando un poco el pasado, donde la Argentina atravesó momentos democráticos y de facto, y la industria tuvo que acomodarse a todos esos tiempos.

MP: Bueno, mira, es difícil poder definir alguna situación en algún Estado si de alguna forma no te metes en algún tema político, o sea, distintos tipos de políticas. Trato de no comprometerme en la parte política, o sea, de calificaciones, sí de mencionar, como yo digo si fuera un asesor, sacar una tarjeta amarilla o decir algo al que está de turno para decirle, mirá, esto a mi forma de ver está mal.

Creo que estamos atravesando un momento donde las tensiones ya hace unos años o décadas, llevan a la gente a un estado de nerviosidad, de angustia, de decir otra vez, no llegamos de nuevo a esto y a otro, y de decidir un cambio. El cambio tiene que hacerse, pero no es ir a todo por la ventana, sino también pensar cuándo es ese cambio y hacer un esquema o tener un programa, y es lo que digo que nunca se hizo en la Argentina ni tenemos esos tipos de programas para saber todo el resto de nosotros a dónde vamos, qué va a pasar, poder opinar, y sobre todo colaborar.

MC: Como vos tenés la tercera generación al cliente de la empresa lo que te pregunto es qué le transmitís a tu hijo y por ende a quienes nos estén mirando estas nuevas generaciones que también están al frente de las empresas, que están también liderando en las distintas gremiales, que terminan nucleando a ADIMRA, ¿qué mensaje les dejas hoy que es parte de la discusión de lo que es ser un industrial y de lo que significa la industria para la coyuntura argentina?

MP: Mirá, te podré dejar algún tipo de mensaje, pero yo te digo que actualmente la juventud, y te hablo de juventud más o menos con una mínima experiencia de 30 años para arriba, digamos, ya inclusive muchas cosas nos han superado, o sea, nos vierten opiniones donde nos hacen reflexionar a un pensamiento un poco más clásico que teníamos o más ortodoxo que teníamos, y son muy realistas, los jóvenes son muy realistas y ven y captan qué es lo que pasa y lo que puede llegar a pasar aunque no les guste, o sea, tienen criterio elaborado y hay que dejarlos andar.

Lo que sí, tenemos que tener cuidado cuando se caen en opiniones con gente que por ahí, de muy poca edad que no tienen experiencia y demás. Con lo cual, no voy a un voto calificado, pero, por ejemplo, un voto para los menores de 16 años y demás, una vez se piensa, bueno, qué experiencia, qué vivencias han tenido. Bueno, pueden decidir en base a lo que le dicen las plataformas de los partidos en ese momento, pero no mucho más allá. Entonces, para mí es un problema ese también, porque le quita fuerza al voto de la gente experimentada.

MC: Si tuvieras que definir hoy qué es ser un industrial en la Argentina, y en base a tu experiencia, ¿qué dirías?

MP: Ser un industrial es dejar la vida por la empresa y la familia. Es todo. Uno se dedica, sin pensar a veces siquiera, en el gran resultado económico. Si no, es una pasión por lo que uno hace. Una pasión por progresar y por también, perdón, que me emociono, también por tener un mejor país.

MC: Un placer conocerte, Mario.

MP: Muchas gracias. Gracias. Gracias a todos.